Esta es una serie de fotografías tomadas en distintas ciudades del mundo, escenas que iluminan lo que estaba oculto a plena vista, apariciones que quizás de otro modo hubiesen sucedido inadvertidas.

Me interesa capturar la transformación de los espacios a partir de la luz que lo atraviesa, generando un clima enigmático que encierra la tensión propia de un lugar donde está a punto de suceder algo o donde acaba de suceder algo.

La luz rojiza de los frenos de un auto que ilumina un paisaje y lo enrarece a tal punto que parece ser de un planeta desconocido, un rayo de luz que entra por la ventana, un reflejo, apariciones azarosas y fugaces que alteran una escena otorgándole un grado de extrañeza e irrealidad.

Hay una gran influencia cinematográfica que atraviesa todo mi trabajo. Suele haber una puesta en escena de la mirada a partir de figuras que ven, leen u observan algo que generalmente no está enteramente disponible a la vista, que está velado, obstruido o situado por fuera del encuadre. Esta presencia en ausencia del fuera de campo inyecta tensión en la imagen y cristaliza la idea de que toda visión es parcial y toda mirada es limitada. La idea de la mirada subjetivizada se replica en las fotografías tomadas a través de vidrios, superficies semi transparentes y filtros de color. También está implícita en la profundidad visual y el desdoblamiento de los espacios a partir de ventanas, puertas, espejos y reflejos. las Series Invert, Roja, Éter, Ripped y Art Fairs, reflexionan – a partir de distintos recursos – sobre los límites de la visión y la mirada; cuestionan nociones sobre la veracidad de las imágenes y la relación entre tiempo y fotografía.

La ciudad ocupa un rol central en mi trabajo, es un escenario cargado de una inmensa energía erótica y vital. Me gusta pensar que los carteles y afiches de la serie Ripped son como la piel de la ciudad. Su propio deterioro y superposición produce una suerte de collage azaroso y accidental.

En el caso de los foto-collages, el recurso posibilita la multiplicación de distintas dimensiones visuales, deconstruyendo el espacio. Permite llevar al extremo la idea de superposición de planos que cohabitan en una única imagen, ya latente en las demás fotografías.

Algunas de estas fotografías fueron impresas mediante la técnica del fotograbado. La elección de esta técnica de impresión no es casual: potencia la cualidad onírica de la imagen, y la acerca al terreno de lo pictórico, otorgándole a la vez un relieve particular. Además de permitir la producción de obra gráfica de una gran definición, el fotograbado permite un singular registro de color, amplificando las posibilidades expresivas de la fotografía.

La imagen es siempre una impresión, una forma de comprender la realidad. Sacar fotos es una forma de aprehender el mundo. También es un intento de congelar en el tiempo lo fugaz, frágil, absurdo y fascinante de estar vivos.

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